Read the post in English here
La cultura hispana es bien conocida por su enfoque en los valores familiares, especialmente en el cuidado de los jóvenes y ancianos. Los miembros de las familias hispanas normalmente perciben la prestación de cuidados hacia sus parientes ancianos como un deber, y se sentirían avergonzados si no pudieran hacerse cargo de ellos.
No es una carga, es una alegría el incorporar a los miembros ancianos en la familia de uno, donde todos se benefician de la sabiduría y experiencia que los parientes de mayor edad ofrecen a las familias multigeneracionales.
El Estrés en la Familia
Aunque la cultura hispana prioriza la prestación de cuidados, el acto de cuidar a los parientes ancianos aún puede ser muy estresante.
Es lo que me motivó a escribir Multicultural Guide to Caregiving (Guía Multicultural para el Cuidado de las Personal Mayores), un libro que presenta los mejores recursos para el cuidado de la persona de mayor edad para familias Hispanas. En él, le explico cómo puede pagar por el cuidado de personas mayores, cómo adquirir importantes beneficios y servicios sociales, incluso cuando esté cuidando a sus padres a distancia. Este consejo proviene de mis décadas de investigación con cuidadores familiares gerontóloga y experiencias familiares personales.
La cultura hispana patriarcal también dicta que se espera que sean los miembros femeninos de la familia, por lo general las madres, los se encarguen del cuidado de los padres ancianos, agotando su energía, tiempo y recursos en el proceso.
Casi el 75% de los prestadores de cuidados son mujeres y tiendan a estar en sus 40 años, y se ocupan del cuidado de parientes de aproximadamente 65 años. Los esposos e hijos se pueden sentir descuidados, y resentidos debido a esto.
Y también está la madre misma, a la que se le requiere que se encargue del cuidado de toda la familia, incluyendo a los padres de ella o de su marido, y algunas veces incluso se le requiere que trabaje a tiempo parcial.
Los mismos familiares ancianos sienten el estrés de la situación cuando son obligados por la circunstancias a ocupar un papel secundario a las necesidades de los otros miembros de la familia, y ya no tienen los mismos niveles de autoridad que solían tener.
A pesar de tener una fuerte cultura de prestación de cuidados, las familias hispanas pueden experimentar niveles significativos de estrés cuando incluyen a los familiares ancianos en su hogar.
Reduciendo el Estrés en la Familia
A pesar del estrés de cuidar a los parientes ancianos, las familias hispanas si obtienen beneficios por integrar a los miembros ancianos de la familia.
Los adultos mayores son con frecuencia capaces de cuidar a los niños de la familia, un valioso servicio para los padres que trabajan. Los servicios de cuidado infantil son costosos, y este servicio les ahorra dinero a las familias.
El tener a los familiares ancianos en casa les permite a ambos padres trabajar, lo que es otro beneficio financiero. A menudo los abuelos cocinan, limpian, y realizan otras funciones domésticas que les ahorran a los demás tiempo y dinero.
También proporcionan apoyo emocional, un activo infravalorado de las familias multigeneracionales. Los padres de niños pequeños pueden confiar en la sabiduría y consejo de sus padres.
Las familias hispanas experimentan mayores tasas de desempleo, pobreza, y de encarcelamiento que las que experimentan los blancos, las cuales presionan aún más la capacidad de la familia para cuidar a los jóvenes y ancianos.
Complicaciones de Salud
Quizás, la mayor presión que los familiares ancianos pueden poner en su familia son los problemas de salud que son propensos a sufrir a lo largo de su vida.
Condiciones como la demencia, accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón, diabetes, artritis, todas le ocasionan significativas dificultades a las familias que ya sufren la presión de tener a un miembro adicional de la familia en el hogar.
Estas requieren de una extensa administración de medicamentos y tratamientos contra el dolor, todo con la coordinación de múltiples especialistas. Muchos hispanos trabajan en empleos físicamente exigentes, como en el lavado de platos, jardinería, trabajo agrícola, fábricas de procesamiento de alimentos y otras formas de trabajos manuales que ponen una fuerte carga en sus espaldas, articulaciones, manos, ojos y nervios.
A medida que los trabajadores envejecen, los problemas de salud relacionados con su trabajo se vuelven condiciones crónicas. Los trabajos que ocasionan muchos problemas de salud muy rara vez ofrecen servicios de salud, lo que hace que sea difícil recibir atención fuera de la Sala de Emergencias.
En los casos donde el pariente anciano es indocumentado, este no califica para los programas como Medicare y de Seguridad Social, programas de protección social que alivian una gran par parte de la carga financiera y proporcionan importantes beneficios para el cuidado de la salud.
Barreras Idiomáticas
Es difícil aprender un nuevo idioma, especialmente uno tan complejo como el inglés. Los hispanos indocumentados encuentran difícil el inscribirse en cursos de idiomas debido a los requisitos de ciudadanía que piden muchas escuelas.
Sin la capacidad para hablar inglés, también puede ser difícil el acceder a otros servicios sociales, como clínicas médicas y de salud. Las barreras idiomáticas pueden evitar que los hispanos tengan acceso a muchos empleos, y a una adecuación superior.
Los abuelos ancianos también pueden sufrir confusión por una atmosfera bilingüe en el hogar. Los nietos por lo general crecen siendo bilingües, hablando español en casa e inglés fuera de ella. Esto puede ser desmotivador cuando un niño es obligado a traducir para un adulto en la familia durante una visita para proporcionar cuidados.
No es raro que los niños sirvan como traductores, incluso en asuntos importantes como en asuntos de salud, negocios, finanzas, y de educación.
Tradición y Cultura
Las familias hispanas tradicionalmente cultivan una cultura de respeto hacia los mayores. Esta cultura dicta que es el deber de las familias hispanas el cuidar a los miembros de la familia que ya no pueden cuidarse a sí mismos.
Las comunidades religiosas hispanas, típicamente Católicas aunque cada vez hay más Cristianas Evangélicas, tradicionalmente les proporcionan a los miembros de la comunidad apoyo adicional en tiempos de necesidad. Algunos hispanos confían en las comunidades religiosas y en la asistencia familiar, mientras que tratan el cuidado institucional con sospecha.
Se necesita de más ayuda para ayudar a que las familias se sientan cómodas utilizando los servicios de los profesionales de la salud como una capa adicional de apoyo para las necesidades de su familia.
Gratificante y Agotador
El proveer cuidados para los familiares ancianos puede ser gratificante y agotador en igual medida, pero sólo funcionará cuando haya suficiente comprensión y apoyo tanto dentro de la familia como dentro de la comunidad.
El proporcionar información bilingüe a las familias hispanas es crítico para ayudar a los prestadores de cuidados en las comunidades hispanas. Lo más importante para los prestadores de cuidados es la capacidad para reconocer si pueden encargarse de la situación y pedir ayuda antes de que estén tan sobrecargados que ya no sean capaces de seguir manejando la presión.
La intervención temprana puede ayudar a las familias que están luchando, garantizando que tengan el apoyo y servicios de cuidados adecuados disponibles para ellos en los momentos críticos.
Leave a Reply